En los últimos días, con el reciente escándalo de Cambridge Analytics se está hablando sobre datos, seguridad de los mismos y la manera en que esto impacta en nuestras vidas. No hace tanto, oí decir una frase que me resulto muy gráfica y que tengo presente constantemente, (sobre todo por el negocio en el que me desenvuelvo) que decía que «la pérdida de privacidad en la sociedad de la Revolución Tecnológica que estamos viviendo, es directamente proporcional a la contaminación que se ha sufrido fruto de la Revolución Industrial». Por ello es importante recordar que cuando contratamos un servicio gratuito, (no nos olvidemos que en Facebook, LinkedIn, etc., estamos firmando un contrato de servicio) lo que realmente estamos ofreciendo a cambio del uso de estas plataformas, no es una compensación económica directa, si no que estamos pagando «en especias», queriendo decir que la moneda de cambio son nuestros datos, para que con ellos se construya información que luego pueda ser monetizable.
El escándalo de Facebook , nos hará mucho daño en el corto plazo, sin embargo, seguiremos utilizando plataformas de intercambio de información, ya que está tan infiltradas en nuestros hábitos diarios, que nos generaría un auténtico «síndrome de abstinencia» el dejarlas de lado. (borré toda mi información de Facebook hace más de cuatro años y os garantizo que no fue una decisión fácil).
Por el contrario me gustaría romper una lanza por los centenares de miles de servicios que gestionan información confidencial, que son capaces de mantenernos resguardados y a salvo de este tipo de prácticas, ya que en su mayoría son servicios con modelos de negocio orientados a financiar su actividad a través de sus clientes de manera directa, y en el que asumen riesgos mínimos, (nunca se puede garantizar la seguridad total). Por citar algún ejemplo, podríamos mencionar los sistemas bancarios, de salud, sistema de gestión electoral, censos y un largo etc. Deberíamos pararnos a pensar que todos estos llevan décadas almacenando información confidencial y no se dedican a vender datos de sus clientes, por lo que los niveles de securización son de una talla excelente, asumiendo riesgos mínimos para que un tercero no sea capaz de vulnerar la privacidad.
De otra manera, si somos capaces de abstraernos de este tipo de incidentes, confiamos o desarrollamos servicios con los niveles de securización y anonimización necesarios (e.g. ISO 27001), seremos capaces de generar una ventaja competitiva, como la que le otorgo a los clientes de Cambridge Analytics el uso de los datos. Nos estamos centrando en la falta de seguridad de Facebook, pero algo que deberíamos tener en cuenta es que si esos datos hubiesen sido obtenidos de manera lícita, han ayudado a ganar unas elecciones ¡al mismísimo Donald Trump!.
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